PROTESTAS. UNA MARCHA EN RIO DE FAMILIARES DE DESAPARECIDOS, CONTRA LA VISITA DE RAFAEL VIDELA EN LOS 80.
2007/07/23/
Revelan que la Cancillería de Brasil persiguió a opositores
Fue en la última dictadura. Y alcanzó a líderes políticos exiliados de ese país.
Eleonora Gosman
SAN PABLO CORRESPONSAL
egosman@clarin.com
Nuevos documentos sobre las actividades secretas de la Cancillería brasileña durante la última dictadura militar (1964-1985), revelados ayer por el diario Correio Braziliense, confirmaron el papel del Palacio de Itamaraty en la persecución de exiliados durante los años del régimen militar.Entre los vigilados en forma continua por los espías del Centro de Informaciones del Exterior (CIEX), creado en 1966 y liquidado recién en 1988, se encontraban las mayores personalidades políticas de Brasil, como los ex presidentes Juscelino Kubitschek, quien gobernó en el período 1955-1961 y Joao Goulart, derribado por el golpe de Estado de 1964. De acuerdo con la información publicada, el diario brasiliense investigó alrededor de 8.000 documentos del CIEX que demostrarían cuán involucrada estuvo la Cancillería en la represión política. Señala, entre otras cosas, que la función principal de ese servicio secreto de la diplomacia local era vigilar las actividades "subversivas" de los brasileños en el exilio. Pero terminó montando una eficiente red de espionaje que demuestra un grado de coordinación, o infiltración, con servicios secretos de los países donde operaba.La investigación periodística demuestra que el CIEX estaba al tanto de las muertes y o desapariciones de militantes políticos adversarios en el exterior. En los archivos analizados por el diario brasileño se encontraron referencias específicas a 64 nombres de personas de las que nunca se supo su destino. Menciona en particular el caso de un brasileño, identificado como Mattos, quien fue detenido con el golpe de Estado de Augusto Pinochet, del 11 de setiembre de 1973. Según menciona el articulista, "sus familiares pasaron años sin saber lo que había ocurrido con él, hasta que en 1992 el gobierno chileno confirmó su muerte ocurrida en el Estadio Nacional".Itamaraty silenció el destino fatal de Mattos, aunque sabía de su muerte desde el 31 de diciembre de 1973, y contaba con su certificado de defunción. Por ese entonces, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil era el embajador Mario Gibson Barboza, quien había sido nombrado para ese cargo por el general presidente Emilio Garrastazu Medici (1969-1974). Además de vigilar al ex presidente Goulart, muerto extrañamente durante su exilio en la Argentina el 6 de diciembre de 1976, y Kubitschek fallecido el 22 de agosto de 1976 en la localidad de Resende (Río de Janeiro) en un accidente automovilístico que provocó numerosas especulaciones, el CIEX siguió los pasos de políticos como el ex gobernador Leonel Brizola, cuñado de Goulart; del intelectual Darcy Ribeiro, quien debió exiliarse durante la dictadura, viajando a Perú , donde asesoró al general Velasco Alvarado; y Chile, donde trabajó para el derrocado presidente, el socialista Salvador Allende. También Fernando Henrique Cardoso y el gran economista Celso Furtado fueron estrictamente seguidos por los esbirros del CIEX. Según diversos estudios publicados en Brasil, el Centro de Informaciones del Exterior fue fundado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, muchos de cuyos funcionarios ya tenían experiencia en el monitoreo de actividades del Partido Comunista Brasileño desarrolladas en el exterior. Entre sus principales centros de acciones figuraban Buenos Aires, Montevideo, Santiago y París.
Revelan que la Cancillería de Brasil persiguió a opositores
Fue en la última dictadura. Y alcanzó a líderes políticos exiliados de ese país.
Eleonora Gosman
SAN PABLO CORRESPONSAL
egosman@clarin.com
Nuevos documentos sobre las actividades secretas de la Cancillería brasileña durante la última dictadura militar (1964-1985), revelados ayer por el diario Correio Braziliense, confirmaron el papel del Palacio de Itamaraty en la persecución de exiliados durante los años del régimen militar.Entre los vigilados en forma continua por los espías del Centro de Informaciones del Exterior (CIEX), creado en 1966 y liquidado recién en 1988, se encontraban las mayores personalidades políticas de Brasil, como los ex presidentes Juscelino Kubitschek, quien gobernó en el período 1955-1961 y Joao Goulart, derribado por el golpe de Estado de 1964. De acuerdo con la información publicada, el diario brasiliense investigó alrededor de 8.000 documentos del CIEX que demostrarían cuán involucrada estuvo la Cancillería en la represión política. Señala, entre otras cosas, que la función principal de ese servicio secreto de la diplomacia local era vigilar las actividades "subversivas" de los brasileños en el exilio. Pero terminó montando una eficiente red de espionaje que demuestra un grado de coordinación, o infiltración, con servicios secretos de los países donde operaba.La investigación periodística demuestra que el CIEX estaba al tanto de las muertes y o desapariciones de militantes políticos adversarios en el exterior. En los archivos analizados por el diario brasileño se encontraron referencias específicas a 64 nombres de personas de las que nunca se supo su destino. Menciona en particular el caso de un brasileño, identificado como Mattos, quien fue detenido con el golpe de Estado de Augusto Pinochet, del 11 de setiembre de 1973. Según menciona el articulista, "sus familiares pasaron años sin saber lo que había ocurrido con él, hasta que en 1992 el gobierno chileno confirmó su muerte ocurrida en el Estadio Nacional".Itamaraty silenció el destino fatal de Mattos, aunque sabía de su muerte desde el 31 de diciembre de 1973, y contaba con su certificado de defunción. Por ese entonces, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil era el embajador Mario Gibson Barboza, quien había sido nombrado para ese cargo por el general presidente Emilio Garrastazu Medici (1969-1974). Además de vigilar al ex presidente Goulart, muerto extrañamente durante su exilio en la Argentina el 6 de diciembre de 1976, y Kubitschek fallecido el 22 de agosto de 1976 en la localidad de Resende (Río de Janeiro) en un accidente automovilístico que provocó numerosas especulaciones, el CIEX siguió los pasos de políticos como el ex gobernador Leonel Brizola, cuñado de Goulart; del intelectual Darcy Ribeiro, quien debió exiliarse durante la dictadura, viajando a Perú , donde asesoró al general Velasco Alvarado; y Chile, donde trabajó para el derrocado presidente, el socialista Salvador Allende. También Fernando Henrique Cardoso y el gran economista Celso Furtado fueron estrictamente seguidos por los esbirros del CIEX. Según diversos estudios publicados en Brasil, el Centro de Informaciones del Exterior fue fundado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, muchos de cuyos funcionarios ya tenían experiencia en el monitoreo de actividades del Partido Comunista Brasileño desarrolladas en el exterior. Entre sus principales centros de acciones figuraban Buenos Aires, Montevideo, Santiago y París.
A la sombra del Plan Cóndor
A diferencia de la dictadura brasileña, los militares argentinos espiaban y perseguían generalmente a sus opositores a través de la llamada "Operación Cóndor".
Idea de las dictaduras
Fue una organización ideada por las cúpulas dictatoriales de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia en los años 70 para perseguir y eliminar a presuntos "terroristas", opositores de izquierda y disidentes.
La ayuda de EE.UU.
Varias investigaciones periodísticas han mostrado la participación encubierta que tuvieron en la "Operación Cóndor" los servicios de EE.UU. Periodistas de ese país que investigaron a la "multinacional del crimen" desde su época de mayor actividad (entre 1976 y 1980) indican que, si bien su modelo tiene similitudes con la represión ejecutada en Vietnam y otras regiones asiáticas, fue imaginada tras la revolución cubana de 1959. Pero se puso en funcionamiento con la irrupción de las dictaduras sudamericanas.
Víctimas prominentes
El ex jefe del Ejército chileno, Carlos Prats, asesinado en Buenos Aires en 1974, y el canciller de ese país, Orlando Letelier, muerto en un atentado en Washington en 1976, son dos de las víctimas más prominentes del Plan.
Cárceles en Argentina
Automotores Orletti fue el centro clandestino de detención usado durante la dictadura para encerrar a las víctimas del Plan que habían sido capturadas en la zona de la Capital Federal y sus alrededores. Se trata de un taller mecánico alquilado por la SIDE. Por allí pasaron unos 70 detenidos ilegales, la mayoría de ellos procedentes de Uruguay. Gran parte de esas víctimas sigue desaparecida.
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