INVESTIGACION Y ANALISIS, EN DOS NUEVOS LIBROS
Buenos Aires fue un destino elegido por motivos económicos y políticos.
Por: Héctor Pavón
UNA AYUDITA. ASOCIACIONES FASCISTAS FACILITABAN GASTOS DE VIAJE.
Hay fascistas del Duce entre nosotros. O por lo menos los hubo. Hasta aquí llegaron desde Italia después de la Segunda Guerra Mundial al igual que los nazis alemanes. Pero los que huían de la derrota del Eje en Italia lo hacían, en su gran mayoría, sin el mote de "criminales de guerra", ya que habían sido amnistiados por la joven democracia italiana: de los casi seis mil condenados al terminar la guerra, sólo quedaron unos 200 en las cárceles de Italia.
"Ningún país albergó fascistas como la Argentina. Podríamos decir que todos los países los recibieron, porque este tipo de emigración fue casi totalmente legal: y como los italianos después de la Segunda Guerra emigraron hacia todo el mundo, los fascistas se entremezclaron con los demás italianos en todas partes", dice la doctora en Historia por la Universidad de Verona, Federica Bertagna, autora de La inmigración fascista en la Argentina.
Pero para Bertagna había motivos muy concretos para elegir el puerto de Buenos Aires para el desembarco salvador. La buena situación económica del país y la tradición migratoria: la Argentina era desde mediados del siglo XIX uno de los destinos preferidos de los italianos. Y entre 1947 y 1951, la mitad de los italianos que emigraron, eligieron la Argentina; en consecuencia, existían redes familiares que los fascistas aprovecharon, igual que todos. El acuerdo de 1947 entre Italia y Argentina para favorecer a la inmigración calificada de obreros y técnicos italianos: la Argentina fue uno de los primeros países que abrieron sus puertas a los italianos en la segunda posguerra. Algunos criminales fascistas ingresaban con un pasaporte de la Cruz Roja Internacional (en los demás países de América y de Europa, ellos no podían hacerlo con este documento).
Pero no es este el único libro reciente sobre el tema, también se acaba de publicar Fascistas en América del Sur, una compilación de Eugenia Scarzanella, que escribió el artículo: "El fascismo italiano en la Argentina: al servicio de los negocios".
Scarzanella dice que después de la caída del régimen, la mayoría de los fascistas en la Argentina prefirieron, como ocurrió en Italia, negar su previa adhesión al régimen, y optaron por los "nuevos valores democráticos". Muchos trataron de utilizar al peronismo para concretar sus ideales relacionados con "gobiernos fuertes y con un sistema económico corporativo". "No es fácil buscar testimonios y documentos de los fascistas ítalo argentinos y de su familiares. El descrédito que golpeó al régimen de Mussolini a partir de la guerra y los hechos sangrientos de la guerra civil en Italia hicieron que fuera difícil hablar abiertamente de las simpatías fascistas pasadas y eso obstaculizó la reconstrucción del pasado", explica la investigadora de la universidad de Bolonia.
Bertagna sostiene que sí, que hubo criminales de guerra que vinieron a la Argentina mezclados entre los inmigrantes. Algunos siguieron la militancia fascista, dentro de la colectividad italiana. La mayoría contaba con la ayuda de asociaciones fascistas que les facilitaban la salida de Italia con dinero, pasajes o lugares donde vivir.
Paradoja. La Argentina, esa que había sido destino de socialistas y anarquistas italianos a principios de siglo XX, en los 40, era tierra de salvación de los fascistas.
Fascista en Argentina
FEDERICA BERTAGNA
EDITORIAL SIGLO XXI ARGENTINA 296 PAGS. $ 36
Fascistas en América del Sur
EUGENIA SCARZANELLA
EDITORIAL FONDO DE CULTURA ECONOMICA 352 PAGS. $ 52
miércoles, 16 de enero de 2008
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